Invenciones Mundanas (De todo un poco)
Greguerías (2da Parte)
La persona obesa trae una botarga integrada
El borracho que huele a alcohol, se ha roseado la botella del perfume para una cita de trabajo
Cuando un toro coge a un torero no practican zoofilia, es el término que se utiliza cuando se dice que lo cuernan
El indulto puede parecer insulto después de gran faena
El cabello en personas mayores a los cuarenta años, se vuelve una especie en peligro de extinción
Cada vez hay menos manuscritos originales de obras de los autores contemporáneos y es que ahora todo lo hacen directo en el computador
Las computadoras de un ciber-café son como las prostitutas, las alquilas por una hora y se dejan que les hagas clic en el mousse
Lo malo de un error es que te diga: Papá
©Alberto Llanes –México-
¡¡Descubra el maravilloso mundo de la Red!!
Estaba alegremente chateando con desconocidos cuando un coño como la catedral de Zaragoza inundó la pantalla, líquida para más INRI. Me quedé mirando el coño, de manera bastante pasiva, sin demasiado entusiasmo, sacándole posibles defectos. Por aquí debería ser algo menos morado, por allá quizá demasiado peludo, etc... De repente apareció una ventanita debajo “Brenda acaba de iniciar sesión”.
- Hola Brenda.- Hola Sélavy ¿Nos conocemos?- No lo sé ¿Sabes si hay algo tuyo en mi pantalla?- Pues no lo sé ¿Podrías darme más detalles?- Es parecido a una rosa.- ¿Podría ser más explícito?- Tiene pelos a los lados.- Tú eres el Sueco ¿No?- ¿Qué sueco?- No me vaciles jajjajaa ¿Qué tal, tío?- Pues aquí, mirando un coño que ha aparecido en la pantalla.- Jajjajajajaja ¿Ya estáis otra vez?- Sí.- Deberías decirle que se corte un poco a la sagrada ¿no?- Verás, es que yo pensé que era tuyo, Brenda.- Ya teeee gustaaaríaaaa, polluelo.- Mira, ahora de repente se ha metido un pepino.- Jajajjajaja. Esa mujer no tiene remedio. Le da igual estar en un ciber que...- ¿Se supone que es mi mujer?- Espere ¿Usted se llama Alfredo?- Pues verá, lo lamento, no. Ya le dije que debía de haber un error.- ¿Quién eres?- Escuche, déjelo, no nos conocemos. Sólo preguntaba si era suyo el coño.- Pues no, mira qué pena.- Pues sí, empezaba a gustarme esto, la verdad.- Pero tengo algo que enseñarte que es mucho mejor.
La conversación se cerró y me quedé parado, esperando. El coño, al rato, desapareció. Poco después abrí una ventana en la que ponía “Brenda y sus juguetitos”. Y ¡sí! ahí estaba Brenda con dos yoyós en cada mano y una pelota de fútbol. Era capaz de dar cien toques con la cabeza mientras emulaba el perrito con los yoyós. Estuve toda la noche presenciando el espectáculo. Tres meses después de aquello, Brenda y yo hablamos por el aparato casi todas las noches, hasta he conocido a El Sueco vía chat, el tipo es capaz de hacer equilibrismos con cinco teléfonos móviles en el aire y a veces, al tiempo, teclea “Hola chicos”.
Selavy –España-
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